martes, 15 de febrero de 2011

EL BUM DE LOS COLSÉNTER (O SENTROS DE LLAMADOS)



un vesino porteño hasiendo negosios con españoles” empieza la presentadora.
Pues mal vamos para hacer negosios cuando parece que ni siquiera hablamos el mismo idioma… uf! ¿he dicho “negosios”? no, no, lo peor es que no se que tipo de negocios se puede hacer con estos tipos. Y con lo de tipos me refiero a esta gente que piensa que nos engaña cuando intentan disimular su acento sudamericano, pero no nos engaña porque no somos tontos. Por lo menos, no tanto;  solo lo justito para que nos acaben engañando en cualquier otra cosa que le podamos preguntar, porque por norma, lo primero que te sueltan es una mentira, lo segundo, otra mentira, y lo tercero es una verdad que suena así: “pi-pi-pi-pi-pi…”

Lo peor de todo es lo contentos que aparecen en este video de un pseudo-informe semanal Chileno. Están orgullosos de trabajar como “ejecutivos” que dicen ellos. Si ya digo yo que no hablamos el mismo idioma. Solamente hay que fijarse en el que tiene el mapa de España delante. Lo debe utilizar por si le pillan, o para deletrear alguna palabra utilizando como referente las provincias españolas . C de Cáceres, L de Lugo, B de Barselona… ¡pues claro que sí! No va a ser C de Barselona ni M de Valensia, imbécil!! 
La próxima vez que me hagan alguna maniobra de este tipo para despistar (que no lo consiguen porque entre una provincia y otra se pasan 30 segundos mirando en el mapa) le tengo que decir cuando acabe: “sí, sí, y con la P, tu Puñetera madre”. No llevan muy bien lo de la Geografía Española, la verdad.

Algunas veces, al preguntarles DONDE estaba llamando (cosa que suelo hacer) me contestan que a Telefónica. Entonces les repito que sé perfectamente a QUIEN llamo, lo que pregunto es DONDE. El tema de los adverbios también lo llevan mal los pobres.  Ya llevamos 2 asignaturas mal, Geografía y Lengua Española. Pues vaya mierda de ejecutivos ¿no?

 El caso es que de vez en cuando sale algún listillo y me dice: “está usté llamando a Madrí, a la calle X”, y yo, que le noto la sonrisa que acaba de dibujar, pensando que ahora sí que me la ha colado, les digo: “en ese caso necesito que me facilite el código postal”. Y ahí ya la he cagado del todo. Si pretendía sacar algo en claro de esa llamada ya me puedo ir olvidando, pero por lo menos le digo cuatro cosas claras.

Resulta que ellos presumen de que nos “engañan” a los españoles, que las “multinasionales” se portan muy bien con ellos y “hasen importantes inversiones en su país, que ha cambiado las minas de carbón por los sentros de llamados”. Pues yo les digo claramente que yo QUIERO QUE ME ATIENDAN DESDE ESPAÑA, que mi país está viviendo una profunda crisis, y no estamos como  para que se lleven puestos de trabajo a otro sitio, llámase Chile, Colombia, China o Alemania. Entonces resulta que por pensar así, soy racista ¿no?, pues si. Si eso es ser racista debo serlo (y yo sin enterarme).

Esto es intolerable. Otro día contaré mis aventuras y desventuras con Jazztel, que presume de servicio técnico. Dime de qué presumes y te diré de qué careces.

Aquí nos toca tragar, señoras y señores. No veo otra salida. Vean el vídeo porque no tiene desperdisio.

jueves, 10 de febrero de 2011

¡Esto es la leche!

Atención señores consumidores.

Seguro que todos conocemos a alguien (o incluso somos ese alguien) que no tolera determinadas marcas de leche, o mejor aún, que si no es la marca X de leche, no les gusta, les sienta mal, la encuentra rara, etc. No critico a nadie, cada uno que beba lo que le de la gana. Sin ir más lejos, yo hace unos años era uno de esos. Pero ahora no. De lo poco que le pido a la leche es que sea española (como yo), y ahora voy con eso.


Primero hay que explicar el porqué de mi cambio. Y es muy simple: por puro conocimiento. Y es que el conocimiento es poder, señores. Hace ya algún año, tuve una asignatura en la Univerisdad en la que estudiábamos a fondo todo lo relacionado con la leche e incluso tuve la oportunidad de analizar varios tipos de leche y hacer análisis de calidad, además de poder saber cómo era realmente el mercado de la leche. Fue entonces cuando dejé de beber leche “Puleva” o  “Pascual” para empezar a beber leche “Hacendado”. Lo que uno compra con las marcas conocidas es imagen. Y como lo que yo quiero desayunar no es imagen, sino leche, al hacer este cambio conseguí ahorrar unos euros (que visto con el paso de los años debe ser un montón).

La leche viene de la vacas. Y punto. Es más, me atrevería a decir que el proceso de calidad que siguen las marcas de leche es el mismo. Desde un punto de vista técnico estoy plenamente convencido que las cualidades nutricionales y organolépticas que podamos atribuir a  una leche u otra no viene de la marca que la envase, sino de la alimentación que han seguido las vacas, de su propia raza, de la zona geográfica en la que se encuentren…  y así podría seguir buscando decenas de motivos más importantes que la imagen de marca.

Si tengo ocasión profundizaré más en este tema, pero lo que me ocupa ahora es esto de la leche de las marcas blancas, más en concreto la le Mercadona, o sea, “Hacendado”. Y es que nuevamente no es oro todo lo que reluce. Y no lo digo porque no esté buena, que a mi personalmente me gusta, si no, porque detrás de las marcas blancas, por lo menos en el caso de la leche, se esconde otra cosa. Se esconde la procedencia de la leche.

Como persona curiosa que soy, de vez en cuando suelo mirar todos los códigos o números raros que veo etiquetados en los envases. Así pues, en los bricks de leche aparece la empresa envasadora y un código de la C.E. En el que se identifica la procedencia de le leche. Hasta ahora toda la leche Hacendado que había bebido (y había visto su etiqueta) era envasada por Lactiber, una empresa de Cantabria (me parece que es Leche Rio), y hay que ver lo contento que estaba yo de beber leche de vacas de Cantabria (con lo que a mí me gusta el Norte de España). Pero hace unas semanas, me da por mirar un brick y… ¡oh sorpresa! ¡el niño melóóóón! Ya no era Lactiber, era Lactigal, que parece lo mismo, o como mucho parece de Galicia en lugar de Cantabria, pero no no  no. Al fijarme mejor en la etiqueta de la C.E. descubrí que esta leche se envasaba en Portugal. Y por ahí sí que no paso. Ahí si que me da igual pagar un poco más, pero que la leche sea de vacas Españolas. Ya está bastante mal el sector ganadero como para encima consumir leche de otros países.

El caso es que indignado llamé a Mercadona (900 500 103) me tomaron nota y unos días después me llamaron dándome explicaciones. Resulta que para la leche Hacendado utilizan leche de varias procedencias: Galicia, Asturias, Cantabria, Andalucía y… (redoble de tambor)… Portugal!!

Así pues esto es una lotería. Tú compras la leche y puede ser de vacas de cualquier sitio. Normalmente por asuntos logísticos, para una determinada zona suelen ser de la misma zona siempre, aunque si hay algún problema en una de estas zonas, echan mano de otra plataforma de distribución provisionalmente, pudiendo cambiar la procedencia de los productos que habitualmente consumimos.

Por cierto, cuando le dije a la operadora que mi consulta era sobre la leche, toda alarmada me preguntó rápidamente: “¿es que le ha notado algo raro?” con un tono que no me gustó nada. Para mí que algo ha pasado recientemente porque la noté con cierto “susto”, como diciendo “otro más con la leche”.

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